El hábito de escribir tiene sus beneficios
La eterna pregunta, con infinitas respuestas. ¿Existe una fórmula perfecta? No.
¿Hay trucos que pueden ayudarte? Efectivamente. Y de eso vamos a hablar hoy.
Escribir todos los días
Esa es la primera clave. Ponerse a escribir. Así de simple. No tener miedo a la página en blanco, a rellenarla con lo primero que se te pase por la cabeza. Puede que lo que escribas hoy no te sea muy útil, o requiera mucha revisión después, pero ejercita el músculo, te da experiencia. Cada palabra es un pasito más en tu viaje como escritor/a.
¿Cuál es el mejor momento para escribir?
Depende de cómo seas. Puedes probar en diferentes momentos y aprender cuándo la cabeza te funciona mejor.
¿Eres un ave nocturna, capaz de hilar mejor las ideas en el silencio de la madrugada? ¿O son los rayos del sol mañanero y el canto de los pajaritos lo que te activa? ¿O tal vez te resulta más fácil formar frases más o menos coherentes por las tardes?
Hay a quienes escribir siempre en un lugar concreto les ayuda a concentrarse y a que fluya la inspiración.
Es cierto que no todos tienen la suerte de poder elegir, que su ratito libre va cambiando, o no coincide con su momento de mayor productividad. Una buena idea podría ser llevar siempre una libreta o dispositivo electrónico en el que poder escribir cuando esos minutos libres aparezcan.
Piénsalo, esos ratitos esperando un tren o en la cola mientras haces un recado, sumados, crean algo más grande.
¿Qué hacer cuando tengo un bloqueo creativo?
Hablaremos de eso de forma extendida otro día, también de cómo huir del temido síndrome del impostor, no queremos que te nos duermas. Pero vuelve a leer la primera sección: no te exijas de más, cada palabra es un avance. Y hay miles de formas de buscar inspiración (sí, también te lo contaremos en otro artículo).
En conclusión
Quien algo quiere, algo le cuesta. Los primeros días probablemente te dé pereza, no nos vamos a engañar, y a veces las cosas suenan mejor en tu cabeza que sobre el papel (o la pantalla). Habrá días que el proceso sea frustrante, pero cuanto más escribas más sencillo te resultará.
¿Quieres escribir? Pues escribe. Da igual el qué, da igual cuánto tiempo puedas dedicarle, da igual dónde. Escribe.