«Creemos que la marihuana es una planta inofensiva pero a la larga acaba haciendo daño».
Las drogas no son un juego. Una obviedad que sin embargo goza de invisibilidad en gran parte de la sociedad a tenor del consumo de estupefacientes, generalmente llamativo, entre jóvenes y adolescentes. Las drogas siempre han sido un reclamo en esa etapa de la vida. Y también fuente de inspiración literaria y cinematográfica. En el primer campo, ahí tenemos ejemplos como Kerouac o Hunter S. Thompson, que reflejan ese descenso a los infiernos de sus protagonistas merced al consumo de psicotrópicos.