«Con un mensaje final que trasciende a todos los tiempos, con la tolerancia como elemento esencial de esta historia y con buenas dosis de misterio, nos encontramos con una historia en la que cuesta un poco entrar, tal vez por la originalidad de la temática, pero que va de menos a más». Más información en la revista Más Leer.
«No mostraba ningún cansancio mientras recordaba, con admiración, el gran esfuerzo que había supuesto la Obra, a hora casi concluida. Cuántos detalles, cuántos diferentes conceptos y cuántas interrelaciones resueltas con precisión y armonía. Con perfección».
«Todo resultaba hermoso. Cada color realzaba su tonalidad con vida propia; cada sonido era un acorde en el Cielo; cada criatura una demostración de infinito amor. Sólo su Señor era capaz de esa Obra. Sólo su Señor podía crear con equilibrio y belleza un ciclo de vida tan maravilloso y complejo».
«No había ninguna duda, su Señor era superior a todo porque sólo Él podía crear, incansablemente, sin apartarse nunca de la perfección».
«Y él, Luzbel, se sentía orgulloso».