Summa de logica II – Guillermo de Ockham

23.00

Sin existencias

ISBN: 978-84-9946-102-1
Depósito Legal: M-20696-2011
Páginas: 280
Edición: 1ª edición, mayo 2011

Sinopsis: Al descuidar el estudio del lenguaje para ir directamente a las cosas, no se hace más que proyectar en el ser la sombra llevada del discurso, de sus elementos, de sus articulaciones.
Sostenido por esta convicción, Guillermo de Ockham lleva a cabo, al comienzo del siglo XIV, un análisis crítico y minucioso de las categorías lógicas y metafísicas legadas por Aristóteles, Porfirio y Boecio: empresa de desrealización que no conduce a un encierro en el lenguaje, sino, muy al contrario, a un estudio riguroso de los modos según los cuales los signos verbales y conceptuales se refieren a las cosas existentes en su realidad singular. La segunda parte de la Summa de lógica se dedica al estudio de las proposiciones: los diferentes tipos, las condiciones de verdad y las reglas de conversión. Aquí se examinan las proposiciones directas y oblicuas, de inherencia y modales, categóricas e hipotéticas (es decir, simples y compuestas). Este tratado precisa en qué condiciones una proposición es verdadera, cuál es el efecto de las determinaciones temporales, lo que son las modalidades lógicas… Estamos en el corazón de la lógica, considerada como ciencia de lo verdadero y de lo falso.

Guillermo de Ockham, pensador inglés, fundador de la escuela nominalista (Ockham, Surrey, h. 1285 – Múnich, Baviera, 1349). Este fraile franciscano estudió en la Universidad de Oxford, en la que empezó a enseñar como bachiller desde 1317; el carácter innovador de sus enseñanzas hizo que nunca se le diera el grado de doctor (razón por la que se le conoce como el venerable principiante) y que entrara en conflicto con la Iglesia.
El papa Juan XXII le hizo comparecer en su corte de Aviñón en 1324 y condenó como heréticas muchas de sus doctrinas, incluida su defensa de la pobreza como exponente del espiritualismo franciscano; fray Guillermo reaccionó huyendo en compañía del general de la orden y poniéndose bajo la protección del emperador Luis de Baviera en Pisa y luego en Múnich, lo que le costó la excomunión (1328). Hasta poco antes de su muerte mantuvo la polémica con los papas sucesivos (Benedicto XII y Clemente VI).
La filosofía nominalista parte de la crítica al racionalismo y a los conceptos universales: todo conocimiento está basado en la lógica, operando sobre la percepción sensorial de objetos individuales concretos; y no deben multiplicarse inútilmente los entes creando conceptos abstractos que no procedan de la experiencia (esta economía de objetos es la que luego se conoció como la navaja de Occam).