Meditaciones de un ornitorrinco – Carlos Diez del Corral
12.00€
ISBN: 978-84-9946-678-1
Depósito Legal: M-24728-2019
Páginas: 156
Edición: 1ª edición, julio de 2019
Me levanto, camino y me alimento. Acaso existo / Eres tú y sin embargo qué / Después de pensárselo mucho llegó a la conclusión de que por fin / Quién eres tú si no eres Lisboa, tal es el caso / Ese ser que me habita, cuál / La puñalada: ahíto mi corazón de tu acero.
Yo no hablo, eso que quede claro. Mi misión es dar órdenes. Que sean o no obedecidas nada tiene que ver conmigo. Y aún más, hablar para mí es un ejercicio equivalente a pasear o ir al gimnasio. Las palabras, una vez fuera de mi boca vuelan y olvidan que fueron dichas. Y que por lo tanto, dejan de ser palabras y se convierten en otra cosa / Tu boca, siempre tu boca. Tu boca que dice, tu boca que ríe, tu boca que besa. Tu boca siempre más que tu boca.
Algunas tardes cundo el tedio aprieta y siento un impulso poderoso de cortarme las venas o colgarme de una viga, ante la perspectiva de otro día sin sentido, me echo a la calle como un loco (como el loco que sin duda soy) y me dedico a vagar por los alrededores buscando una justificación para seguir con vida. Lo que sucede es que a esas horas el ambiente es más bien tenebroso y las lúgubres luminarias de las farolas tampoco auguran nada bueno.
Una vaca es una vaca se ponga usted como se ponga. Podría ser otra cosa, de acuerdo, pero no sucede. Podría incluso no existir. Pero si usted abre bien los ojos siempre está allí: cuatro patas, dos cuernos, unas ubres inmensas y hace mu cuando uno menos se lo espera / ¡Socorro, socorro!, gritaba. Pero socorro por qué, le preguntaba con ansiedad quien acudió en su ayuda, al verle tumbado en la cama con una cara de felicidad absolutamente orgásmica.