Con permiso… yo bailo tango – Rosa Molina

15.00

Sin existencias

ISBN: 978-84-9946-189-2
Depósito Legal: M-13824-2012
Páginas: 132
Edición: 1ª edición, julio 2012

Sinopsis: Con este libro he querido continuar el camino del anterior, Zapateando tangos. Eso sí, dándole algo más de poesía. El tango sigue siendo para mí un bien de la humanidad que, además, no se puede mezclar con el cante íntimo y profundo de España, pero ambos son de un pueblo, de un país. Por eso lo he elegido. Además, me gustaría también llegar a tal sabiduría escribiendo que gozaría intensamente intentando compaginar esta disciplina con las historias de otros países.
Es tan importante para mí el tango que, aunque sé que es una música con una trayectoria de minorías en mi ciudad (Madrid), espero alcanzar cuotas y valerme de estrategias para conseguir que se hable tanto de él como yo quisiera. Creo en el sentimiento profundo del tango y espero que mis futuros libros vayan en esa línea, y también espero que haya muchas personas dispuestas a leer, escuchar, sentir y amar todas estas historietas sacadas de lugares donde el tango es el señor soberano. También leeréis poemas escritos en prosa creados para quienes quieran disfrutar de unos minutos de relajación recordando buenos momentos y añorando los que no se tienen. Por eso quiero que podáis sentir agradables instantes a través de estas historias sencillas que miran hacia el placer de un sueño probable. No me gustaría reseñar trayectorias mías porque lo único que quiero, deseo y pretendo es que mientras vuestros ojos se deslicen por sus hojas, solo sean parte vuestra. Para terminar, desearía que me pudierais contar algún día, si el tango (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) os ha hecho vibrar. Si es así, me sentiría plenamente satisfecha.

Rosa Molina “Cuando tenía momentos chungos en mi vida siempre me prometía escribir algo que saliera de mi corazón y que no entorpeciera el diálogo con los demás. Ya sabéis lo que significa ser un poco pesado o pesada. Después con el tiempo y la dedicación pude imaginar cómo eran los personajes de algunos escritores en sus novelas y me fui forjando en su lectura y por supuesto, como escritora.
A mis amigos les componía poemas y ellos siempre me ponían el título. ¡Lo pasábamos genial!
Años después me interesé tanto por el tango (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) que quise que Madrid tuviera su pequeña parcela que tanto carecía. Tuve disciplina y al final conseguí hacer este pequeño «collage»”.