Secretos de Almuñécar - Felipe Lucena Marotta

Secretos de Almuñécar – Felipe Lucena Marotta

20.00

ISBN: 978-84-9946-529-6
Depósito Legal: M-21682-2017
Páginas: 244
Edición: 2ª edición ampliada, agosto 2017

Apuntes de Federico Mayor Zaragoza
Ilustraciones de Esther García Díaz

Secretos de Almuñécar: En el preámbulo se autodefine: «Son páginas que pretenden transmitir, susurrando al corazón, sensibilidades, vivencias y vibraciones personales… Es un intento de compartir secretos, sentimientos y emociones… ». Se invita, de esta forma, «a entrar en el cuadro», a vivirlo, a sentirlo, a hacerlo propio.
Dentro se recrean personajes singulares; almuñequeros cargados de bonhomía, que sedimentan gracejos, actitudes y pensamientos: «Hay que vé lo que hay que vé».
A través de estos «secretos», el lector podrá descubrir aspectos de Almuñécar, más allá de la razón y la consciencia: rincones, instantes, sabores… que se entremezclan en un mundo sutil, donde la misteriosa Sexi embriaga los sentidos, como en un alambique de vivencias, donde se destilase la magia que confiere a Almuñécar su idiosincracia especial. Afloran, así, reflexiones que sólo estas calas, estos atardeceres, este mar, pueden suscitar: «El enigma reside en la misma luz, en el color, en la sensación de ingravidez, única en el mundo, que allí se tiene…».

Felipe Lucena Marotta nació en Madrid, pero se tiene por salmantino y velillero. De padre andaluz y madre italiana (del sur). Escultor, pintor, hábil futbolista (en activo a pesar de los años y el menisco), recio motero, marinero, pescador y autor de este libro (y de otros de diferente índole). Su hábitat natural es el mar; frecuenta la Punta de la Mona, sobre todo en septiembre, cuando entra el verderón.
Presume, ahora más que nunca, de su esposa, además de sus hijas, de sus amigos… ¡y de Manuel! Siente debilidad por los espetos de sardinas con cerveza fresquita y una buena tertulia.
Sus aficiones son la medicina y la docencia. Hasta ahora las practica en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares.
Tiene muchos defectos; entre otros, un afán desmesurado por compartir sensaciones y sentimientos. En uno de sus momentos de enajenación le dio por revelar ciertos secretos de Almuñécar. Ahora reincide en su locura, reeditando Secretos y añadiendo algunos más; incluso osa hacer un capítulo en verso: «¡Hay que vé lo que hay que vé!».

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