¿Se acabarán los poetas? – Vicente Ramón Cambra Valor

11.54

Sin existencias

ISBN: 978-84-9946-219-6
Depósito Legal: M-34568-2012
Páginas: 200
Edición: 1ª edición, diciembre 2012

Sinopsis:
Y ahora… aquí…
¿Qué clase de versos le voy a dedicar a ella, alejada y sin esperanza de verla…?<br
(Cuerpo y alma) ¿Qué te pasa?, le dice esta. Que no podemos componer juntos
NUESTRO POEMA, ni en las alegrías ni en las penas.
Yo intenté que mis palabras fueran versos, buscando evitar ver el lejano pueblo.
(Bajo la sábana, callé) «Que se olviden de mí, pero que recuerden mis poemas».
«Qué extraña la voz del poeta callado».
Si el poeta no mira… si el poeta no habla… si el poeta no llora… ¿Quién os acompaña?
¿Por qué, nubes, lloráis? Responded. Porque amamos los poemas de quien ha llevado
hasta sus pies, ¡oh, ciprés!
¿Dónde, dónde está el poeta…?
Lo necesita… esta humanidad egoísta que busca el progreso prescindiendo de esta
palabra profunda: ¡HERMANOS! ¡EL PUEBLO!
Por tus mejillas varias gotas descienden… como palabras llenas de vivencias.<br
Mucho me dicen esas palabras… ¡vivientes poemas!
Hablaría como mi madre desea… ¡Si yo fuera poeta!
¡Si yo fuera poeta… como entonces era!
¿Volveré a hacer aquellos poemas de niño?
Y tras una sonrisa, en ella, muy despierta exclama: ¡Hijo muy amado… poeta te quiero!

Vicente Ramón Cambra Valor nació en Onteniente (Valencia) el 5 de marzo de 1933. Doce años estudiando Humanidades, Filosofía y Letras, Teología… Dos años estudiando Periodismo en la Complutense (1ª promoción). Durante muchos años: todo el verano conociendo Europa. Dieciséis años «al lado del pueblo», comprometido y democrático (desde el 58, al menos), preocupado por vivir un cristianismo «auténtico»… ¡Sin ningún color político!: lo que trajo muchos «palos… desde el palio», que era el umbráculo de los «no auténticos». Todos esos años: profesor de varias asignaturas en Bachiller, p.e. Colegio San Marcos de Beniarjó, Insituto Francisco Franco de Gandía, Instituto Arcipreste de Hita en Vallecas —Madrid— (mientras estudiaba Periodismo en la Complutense). Colaborador asiduo en las parroquias de esta zona y otras, defensor firme del cardenal Tarancón, asistente a «muchas semanas de Teología» de Deusto. A Vallecas y a mi casa llegaron los más terribles ¡palos mortíferos! de los «no auténticos»… frente al hecho de que muy bien me defendieron el C. Tarancón y sus Obispos auxiliares. Pero como he dicho, eran «mortales»: ¡mataron varios aspectos de mi vida! (no todo está dicho).

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